...De verso en cuando:

4/27/08

Flor de Mayo

Plegaria a cuatro manos, por Nicolás Linares y Elizabeth Torres.

De cuentos chinos hemos tenido suficiente,
de titulares y leyes incrédulas
llevamos lagrimas manchadas.
No es exilio nuestro grito, es advertencia,
somos la especie hija de la esperanza.

De gotas rojas en Irak,
porque la procedencia no existe a la hora de reclutar.
Políticos matan allá como matan acá.

A mi, no vengan a marcarme!
los números de los cadáveres los vestimos todos.
Estoy, en esta tierra madre, hago historia.
Muerde mi carne, caníbal, embriágate en mi sangre.

A la continua persecución de nuestra raza
su aferrada creencia en odios y venganzas
nuestro inmenso corazón que nos permite amar
después de ver hambre en ojos hermanos.

Ella…y el… y todos somos inmigrantes.
Y somos sudor, somos fervor, somos marcha de miles.
Con cuentos chinos no ensordecen el espíritu.
La verdad habla idioma universal… y… quien escucha?

Pues escucha tu, pa’que escuchen ellos.
Ningún ser humano es ilegal!

Hoy no vinimos a pedir permiso,
la vida nos dio derecho de existir, venimos a reclamarlo.
No es ilegal nuestra presencia, nuestra lucha, nuestra herencia…
Hagamos que perfore el alma
esta flor de mayo.
Umbrella House, Abril 27, 2008.

4/26/08

Umbrella House, NY, Abril 25

I
Repugnate
y así
en mi
escupe la codicia que muerde.

Yo resbalare
aquellas lenguas de verso que tanto te fastidian
para sanar la triste dignidad
que entierras hoy sobre mi voz.

II
Muñeca, muñeca,
quien necesita un juguete de viento?

Magos,
malicia de espantos
de la ubre de Dios nos embriagamos todos.
Pierde la cuenta, duende, que ellos no nos llaman.

Adopteme, Señor, arriesguese,
yo le canto en su cama azul cuando se vaya.

III
A la música que hoy es mi sustento de fuego,
Al nombre que muerdo, David V.

DESPÓJATE
LAMPARA ENGAÑADA...
NAVEGAME Y NO PIDAS DISCULPAS.
ALLÍ DONDE NO NOS ACOMPAÑEN
MORID, Y EN MI, RESUCITA TUS LAGRIMAS.

IV
Su casa me da miedo.
Cuando los hechiceros y los fantasmas se van,
solo queda el gemido del león que recuerda.

Yo no le traigo vida ni pan,
y mi canto no va a quitarle la angustia en los pulmones,
pero, poeta,
he venido por usted.

Despídase de sus amigos
De las gracias al amor
a las letras que lo inmortalizan
y venga que el tiempo me dijo que ya yo no espero mas.

No vaya a cerrar la puerta
esta noche, vienen sus hijos a celebrarlo.
No se afane,
cuando estén bien ebrios,
entre el humo vayalos besando
vayales bautizando en el espanto las letras.