Acaso es este el limbo del que hablabas?
la baba del perro negro
cae espesa sobre la calle aquella
donde crecieron.
Es verdad
que huele a tierra humeda
adivinanza de invierno
pero es sueño cuando escucha su risa
al otro lado de la habitación
pidiendo alguna insensatez.
A esta hora siempre tiembla
si despierta
y los pies cuelgan al borde de la cama
como si fuera un gigante de plomo
incapaz de quebrarse.
no sabe si dejar que lleguen en paz las pesadillas
abrazarlas y decirles - no pienso tomarte en serio
o abrir los ojos pertinentemente
mientras brujas se dibujan en el tapiz de su pupila.
no sabe por qué ha vuelto
por qué no logra irse por completo
queda mal pretender que recoge trozos de si
todos ya se fueron en bolsitas negras
al otro lado del rio
y no lo hace por venir a verte
tu tampoco eres parte de este simulacro
andas jugando en el lomo de una vida nueva
-te sale muy bien, por cierto.
Hay aullidos de estrellas en celo
pretenden aparearse con luciernagas
son dos dimensiones distintas, no pueden - les dice
mientras se van guardando, de dos en dos, entre las raices.
Esta mañana, al llegar
fueron once las monarcas que le recibieron
una intento besarle la nariz, ella salió huyendo despavorida
el resto fue hermoso
-una buena señal, insiste.
Luego a las seis de la tarde exprimió limones en el vaso
quiere sanarse los ovarios, embadurnarlos de azules
piensa que por fin entiende lo que ellos dos titulan rebeldia
en este sueño aún tibio pudo explicar por fin
por qué perdió la fé en su sonrisa.
Yo no voy a sentir culpa después - promete.
-La hice bien, la hice bien, me salí de esta a tiempo.
Las olas todas van a el
a su cama de dioses, los que cantan
a la esencia blanca de la madre
a las venas tan suyas, rebosantes de vida
cuanto ansia la frescura de su abrazo
para guardarse en ella
hasta espantar al último
de sus fantasmas.
un árbol de pájaros durmientes
le canta arrullos paternales
para enterrarle esperanzas
en las muñecas
mientras regresa
mientras se salva.
-Es este el limbo del que hablabas?
le reclama al infinito.
ni allá ni acá hay respuesta,
ni allá ni acá
ha parado
de llover.
Elizabeth Torres, Colombia.
Con este poema participo en el tercer Concurso de Poesía de Heptagrama