No se si deba echarte la culpa
por esta nueva piel que visto.
estoy mas pálida? me reconocerán los viejos amigos?
tantas agujas invisibles en los brazos y las piernas
mientras tomo forma de ciervo, de lagarto, de corriente
soy agua disolviendose bajo tu lengua,
medula, orilla, la esquina de hierba y sombra que andabas buscando...
ahora si que soy de arcilla,
mi forma la decide tu cuerpo durmiente.
No se si deba señalarte
cuando me pregunten quien modifica los tiempos
el pasado es ventana nublada en una casa de campo que no visito nunca
el futuro se presiente en vértigo, ansiedad, precipicio... pero nunca llega.
el presente
se divide en dos cuando le place,
(si vieras lo mucho que complica mi versión de los días):
una hora es el principio de todas las horas
un boxeador cuando se le caen los dientes por el golpe, despacio
o la olla de leche derramándose
se me sienta en la boca del estomago
me quita el oxigeno, las ganas de ser alguien adecuado,
es un semáforo eternamente rojo, tiznándome el ombligo
la cien, las telarañas... y no llegas.
la distancia se hace entonces el castigo mas cruel para el que cree poseer
siento esta nueva piel embadurnarse de arrugas, del tic tac a la muerte, el final inminente
me arrepiento y perjuro que no vuelvo a caer en tus brazos. soy sequía.
Algo sucede
de repente estas,
no muy tarde, no demasiado temprano, correctamente en punto como si no supieras que hace dos instantes estaba agonizando en blanco y negro.
y entonces,
Una hora es el principio de todas las horas
como el sueño donde vuelve el muerto a decirnos que esta bien y que recuerda,
o el vaivén de la crisálida
escena dantesca
ilusa, impertinente, inevitable
milagro del cosmos se me posa en el vientre, en las pestañas, en las huellas dactilares,
me regala nuevos principios, renueva mis ganas de perder la cordura,
sin lugar a dudas habito una ciudad en ti,
donde en cada esquina simultáneamente ayudo a algún anciano a pasar la calle
camino tres veces al día el perro del vecino
no le digo a nadie que baje o apague la música, bailo con ellos!
las campanas de la iglesia y los folletos que juran que alguien cree en mi tienen sentido,
(de que otra forma se daría lugar este suceso?)
en los segundos entreabiertos vuelvo a contestar el teléfono,
me río de la palabra voluntad
soy un puñado de vida
soy una explosión de ideas
la galaxia que no quiere ser descubierta
pobrecita, soy tan pero tan humana que me acobarda todo
admito mis monólogos, mis egocentrismos me lastiman,
arde mi nueva piel
todas las habitaciones de mi planeta
soy una casualidad
un tembloroso espécimen alado esperando tu invitación para devorar el cielo.
No se si deba echarte la culpa
por esta nueva piel que visto.
Esto de amar
yo tampoco lo he elegido
pero nos es tan benévolo
que empiezo a pensar,
algo bueno tuve que haber hecho en otra vida
para merecer tu luz,
tan a mi medida.
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