Agujero negro

Me devore en una sola bocanada a la población mundial
cordones umbilicales aun amarrándolos a la tierra.
Mis dientes único recurso, si ves?
eran necesarios.

Para el día de las madres
la ciudad del gran fruto pecador dormitaba alucinante
exhortos en su explosión, atónitos en mi sistema respiratorio,
los desnudos se dejaban quebrar públicamente,
hasta que todo fue una masa húmeda de soledad colectiva...
yo les fui seleccionando las caricias,
calificándolas por peso, por valor, por nitidez visual
si se enredaba algún labio
si se encontraban dos
las chispas del orgullo hacían corto en mis pulmones.

En una sola bocanada
me devore también el amor que había inventado para ti.
Era aun mas limpio porque era el de todos los que en mi esperaban
para invadirte,
fue intención,
hacer una transfusión de ternura excesiva en tus yemas
para una por una,
con tus dedos de música y mar
reconstruir una humanidad que se atreviera a hablar al espejo.

No te preocupes,
ya se,
no hay necesidad de intentar recuperarlo.

Aguanto la respiración
apago la lampara
cierro los ojos
y el mundo entero a través de mi agoniza una suplica desafinada
incapaz de resguardarse en el agujero negro de tu alma.